BAJO SUS ALAS
- Claudia Campo
- 16 oct 2024
- 3 Min. de lectura
Un catastrófico huracán categoría 5, con el mayor potencial devastador, en más de 100 años se acerca a Florida, particularmente al área donde está mi casa, cerca de la Bahía de Tampa.
La alcaldesa de Tampa, Jane Castor, afirmó: “Si eligen quedarse en una de las zonas de evacuación, morirán”.
Gracias a Dios, mi casa no está en una zona de evacuación, sin embargo, estoy muy agradecida de que mi hija y su esposo decidieron salir del estado con mi madre y mi nieta para no exponerse al impacto directo del huracán y las consecuencias que pueda causar.
Recuerdo que cuando el huracán Ian, que devastó el área de Ft Myers, en el 2022, estaba escuchando las noticias y el gobernador Ron DeSantis dijo: “Este es el alto precio de vivir en el paraíso”. Las hermosas playas del golfo de México, para mí son el secreto mejor guardado de Estados Unidos y allí he tenido la bendición y el privilegio de encontrar una iglesia y un grupo de amigas que se han convertido en mi familia. Así que, aunque no estoy allí presente en este momento, mi corazón está con cada una de las personas cuyas vidas están en peligro, siendo expuestas a la amenaza de este terrible huracán Milton.
Cuando escuchamos noticias como estas, o de un mal diagnóstico médico, un problema económico, la pérdida de un trabajo o de una persona importante, es inevitable sentir temor y ansiedad ante la incertidumbre y la impotencia de lo que pueda pasar. Pero, nuestro amado Padre Celestial nos recuerda en su palabra que podemos confiar en él en medio de las tormentas de la vida:
“Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo,
si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás”[1]
En el Salmo 56:3 en la traducción de lenguaje actual, el salmista nos recuerda que en el día que tengamos temor, debemos depositar nuestra confianza en Dios y alabarlo por sus promesas:
“Cuando siento miedo, confío en ti, mi Dios, y te alabo por tus promesas”.
¿Y qué nos dicen sus promesas? Por ejemplo, en Salmos 34:7 nos dice: “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, Y los defiende” Dios promete que su ángel nos rodea a nosotros, nuestra familia y nuestras pertenencias como un escudo[2] y nos defiende de todo mal y peligro.
El Salmo 91:4 dice: “Con sus plumas te cubrirá, Y debajo de sus alas estarás seguro” y eso me recuerda una hermosa historia que publicó la revista National Geographic hace muchos años, acerca de una mamá pájaro en un incendio que ocurrió en el Parque Nacional de Yellowstone. Después del incendio, un guardabosques que estaba evaluando los daños, encontró el ave que estaba completamente calcinada con sus plumas extendidas. Al darle unos golpecitos con su vara, cual sería su sorpresa al ver salir volando tres diminutos polluelos.
Se presume que al sentir el fuego abrazador del incendio esta madre, escondió sus polluelos bajo sus alas y se quedó allí inmóvil, cubriéndolos, entregando su propia vida, para protegerlos de que ellos fueran quemados por el fuego. Y así es el amor de nuestro Dios, él tiene cuidado de nosotros, él dio su vida por nosotros para librarnos de la muerte y darnos el regalo de la vida eterna y él nos cuidará y guardará bajos sus alas en medio del huracán.
Por supuesto que es muy importante que sigamos las ordenes mandatorias de evacuación o lo que sea que las autoridades nos indiquen, pero por encima de eso, donde quiera que estemos, cualquiera que sea nuestra situación, no tengamos miedo y tengamos la certeza de que estamos bajo el cuidado amoroso de las alas de nuestro buen Dios.
El Dios Altísimo del universo que tiene el control de los cielos, la tierra y el mar, cuidará también de ti y bajo la protección de sus alas y de su inagotable amor estarás seguro.
Con amor y mis oraciones,
Claudia.
[1] Isaías 43:2 DHH: Si tienes que pasar por el agua, yo estaré contigo, si tienes que cruzar ríos, no te ahogarás; si tienes que pasar por el fuego, no te quemarás, las llamas no arderán en ti.
[2] Salmos 3:3 Mas tú, Jehová, eres escudo alrededor de mí; Mi gloria, y el que levanta mi cabeza.
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