top of page

INTELIGENTE, BELLA, VALIENTE Y FUERTE

Podría decir en términos generales, que siempre he tenido una buena autoestima, en mi familia siempre he recibido cumplidos por ser inteligente y echada pa´delante, pero justo cuando recibí el diagnóstico de cáncer me encontraba en un momento muy vulnerable, sobre todo emocionalmente.


Profesionalmente, podría decir que estaba en el mejor momento de mi vida, estaba ayudando a cientos de familias a hacer realidad el sueño de tener su casa propia, viviendo en un condominio en un club de golf en un sector exclusivo de una hermosa ciudad en Florida y tenía buenos ingresos, pero, aun así, mi autoestima se encontraba por el piso.


Recientemente había terminado una relación de noviazgo en la cual no me sentía valorada, ni apreciada; cuando me miraba al espejo, veía signos que estaba envejeciendo; lunares en mi cara, canas en mi cabello, sobrepeso, me veía fea y por ese motivo no me quedaba mucho rato en el espejo ¡No me gustaba lo que veía!


Y justo una de las primeras cosas que aprendí al iniciar mi tratamiento holístico es que la falta de amor hacia nosotros mismos, es una de las causas principales no solo de nuestras enfermedades, sino también de muchos de los problemas que tenemos, ya sean en nuestras relaciones, en nuestras finanzas o en el trabajo.


La Palabra de Dios nos instruye acerca de los dos mandamientos más importantes:


El primero: “Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma,

con toda tu mente y con todas tus fuerzas”

El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo”.

No hay otro mandamiento más importante que estos. (Marcos 12:30-31 NVI).


Sin embargo, muchas veces se nos ha hecho pensar que amarnos a nosotros mismos es ser egoístas, orgullosos o egocéntricos. Especialmente las mujeres tenemos un sentido de responsabilidad, de entrega y de sacrificio que nos lleva a poner siempre las necesidades de los demás por encima de las nuestras, muchas veces hasta el punto de quedar exhaustas y agotadas y al final podemos llegar a sentirnos deprimidas, resentidas o con deseos de salir corriendo y botar la toalla, porque ya no tenemos la energía ni las fuerzas para dar más.


Pero Dios siempre tiene maneras de hablarnos a través de otras personas y, en mi caso, fue a través de una hermosa y dulce muñequita de tan solo tres añitos. Mi nieta Valerie, estaba peinando mi cabello y de repente me dice en inglés: ¡Smart, beautiful and brave! ¡Inteligente, bella y valiente! Una amiga de mi hija le había regalado recientemente un libro con ese título y mi pequeñita lo había memorizado y ahora lo estaba compartiendo con su abuelita. (Ver video al final)


Y fue como un bálsamo, recordar que independiente de cómo me pueda sentir o cómo me pueda ver en el espejo, mi Padre Celestial, el Creador del universo me hizo inteligente, bella y valiente. (Salmo 139:13-17)


No sé cómo te veas hoy cuando te mires al espejo, pero permíteme sugerirte que te digas a ti misma estas palabras:


¡Soy bella, inteligente, fuerte y valiente!

Y puedes agregar: ¡Dios me ama y me acepta tal y como soy,

y por lo tanto yo también me amo y me acepto tal y como soy!


Tal vez al comienzo te resulte difícil hacerlo o creerlo, pero decláralo de todas maneras, una y otra vez, hasta que sientas que es una realidad en tu vida. De esa manera, todas las áreas de tu vida tienen el potencial de mejorar, incluyendo tu salud, tus finanzas, tus relaciones con los demás, con Dios y sobre todo contigo misma, porque en realidad...


¡Tú eres inteligente, hermosa o hermoso, fuerte y valiente!


Un abrazo con todo mi amor.




 

 
 
 

Comments


bottom of page