top of page

LOS SECRETOS QUE GUARDAMOS




“Lo que no dejas ir, lo cargas, lo que cargas, te pesa, y lo que te pesa, te hunde”


Muchas veces cargamos con el peso de nuestros secretos y heridas del pasado, que no nos permiten vivir una vida saludable mental y emocionalmente.


En Hipócrates, mientras participaba de un tratamiento alternativo para el cáncer, un día tuvimos lo que ellos llaman “Un círculo de sanidad”, dirigido por el psicoterapista Andy Román, quien compartió una frase que usan en el grupo de Alcohólicos Anónimos, que dice:

“Estamos tan enfermos como los secretos que guardamos”.


Andy siguió hablando al respecto, mientras yo miraba mi vida en retrospectiva y de repente comenzaron a venir a mi mente una ráfaga de recuerdos de abusos y situaciones que me habían pasado y que nunca tuve el valor de contárselo a nadie. Recuerdos dolorosos que enterré, como por ejemplo el abuso constante que sufrí por parte de una empleada del servicio en casa, cuando yo tenía tan solo 5 años, o el terror que me infundió un profesor de Educación física, a mis 10 años, haciéndome creer que me iba a morir y que él tenía el remedio y la solución, como una forma de amedrentarme y poder abusar sexualmente de mí.


Así que cuando Andy preguntó quién quería ser voluntario para compartir algún secreto, me ofrecí sin pensarlo dos veces, quería ser sana y liberarme del peso que llevaba por dentro y estaba carcomiendo mi cuerpo sin darme cuenta.

Estudios han revelado que mantener secretos puede producir efectos psicológicos como depresión, ansiedad, baja satisfacción en las relaciones personales y una pobre salud física. Un estudio realizado en la Universidad de Columbia ha demostrado que las emociones de la culpa y vergüenza asociadas con mantener secretos pueden dañar nuestro bienestar en general. *


La respuesta del grupo cuando compartí uno de mis secretos fue increíble, algunos de ellos estaban llorando, sus miradas estaban llenas de amor y compasión, algunos vinieron a abrazarme, otros me pidieron perdón en nombre de mis abusadores. El terapista me llevó a reflexionar sobre el papel que jugaron mis padres al no cuidarme y protegerme del abuso y a darme cuenta de que no debía sentir culpa y vergüenza por algo que no había sido directamente mi responsabilidad. En resumen, contar mi secreto fue sanador y liberador.


En el transcurso de mi ministerio pastoral de consejería, me encontré con muchas personas que guardaban secretos y resentimientos contra sus abusadores, aun al punto de llegar a odiarlos o de odiarse a si mismos, por no haber hecho algo al respecto de esa situación para impedir que sucediera, pero, debemos darnos cuenta de que vivimos en una época en que está bien ser vulnerables y abrir nuestro corazón para compartir aquellas cosas que llevamos guardadas en lo profundo de nuestro ser y que tienen el potencial de enfermarnos.


Movimientos como el de “Me too”, “Yo también” que surgió en octubre del 2017 para denunciar la agresión y el acoso sexual, han tenido un gran respaldo y acogida aun por muchas celebridades.  Nada más en un solo día, se dice que la frase fue tuiteada más de 500 000 veces y en Facebook, la etiqueta fue utilizada por mas de 4.7 millones de personas en 12 millones de entradas, indicando que ellos también habían sido objeto de abuso y agresión sexual.


Por eso mi amiga o amigo, si tú también has pasado por un abuso o agresión, o quizás eres tú mismo quien cargas el peso de haber abusado de otra persona, mi sugerencia es que pidas perdón a Dios, te perdones a ti mismo y, si es necesario, busques ayuda con un terapeuta o consejero espiritual, que te ayude a superar esos traumas del pasado, para que tú también puedas ser libre de esa culpa y vergüenza.


La palabra de Dios nos dice: “El sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas” y también que “Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y  justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad”. En Cristo podemos ser libres de toda culpa y condenación, recibiendo la sanidad y la restauración no solo de nuestra alma, sino también de nuestro cuerpo, que tanto lo necesita.


Te animo para liberarte de la pesada carga de tus secretos hoy mismo, cuéntale a Dios primeramente y luego a un buen amigo, a alguien que sabes que te ayudará y no te hundirá más en el dolor y recuerda que: “En Cristo, somos nuevas creaturas, las cosas viejas pasaron, he aquí, todas son hechas nuevas”. Y una vez que nos hemos liberado de esa carga, estaremos en paz y seremos libres para seguir adelante, como dijo el Apóstol Pablo: “Olvidando ciertamente lo que queda atrás, me extiendo hacia lo que esta adelante”  


Así que, libérate de los secretos que te enferman y vive de ahora en adelante una vida llena de paz, salud y bienestar.




Citas bíblicas:


Salmo 147:3 Él sana a los quebrantados de corazón y venda sus heridas.


1 Juan 1:9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.


Romanos 8:1 Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu.


2 Corintios 5:17 De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.


Filipenses 3:13 Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante,



*Liu, Z., Kalokerinos, E. K., & Slepian, M. L. (2023). Emotion Appraisals and Coping with Secrets. Personality and Social Psychology Bulletin, 49(9), 1379-1391. https://doi.org/10.1177/01461672221085377

 

 
 
 

Comments


bottom of page