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MI LIBERTAD 1 – Abandono y Rechazo

Antes de viajar a Colombia, estuve participando durante seis semanas en un curso llamado Mi Libertad, en la Iglesia Bayside Community Church en Florida.


El enfoque era reflexionar sobre la obra de Jesucristo en la cruz y permitir que el Espíritu Santo nos revelará aquellas áreas de nuestra vida en las que necesitábamos experimentar la libertad de las heridas del pasado o de los hábitos destructivos en el presente.


Una de las áreas donde necesitamos experimentar la libertad es en las mentiras que hemos creído acerca de nosotros mismos por mucho tiempo. Tal vez en alguna ocasión, las palabras o acciones de otras personas nos han hecho sentir que no somos dignos de ser amados y valorados; o que nunca somos suficientemente buenos, no importa cuánto nos esforcemos.


Por ejemplo, mi papá nos abandonó cuando yo tenía cinco años y mi mamá estaba en embarazo de mi hermanita. Su abandono me hizo sentir que no era digna de su amor.


Y luego, en mi matrimonio anterior, aunque estaba casada con un hombre bueno, me sentía rechazada, hambrienta de amor y aceptación y, como no lo recibía de la manera que yo quería, me resentí y me distancié creando una muralla entre los dos, que cada día se hizo más grande.


¿Pero cuál era la verdad al respecto? La verdad es que, aunque nadie más en el mundo me amara, soy amada y valiosa para Dios. En su Palabra, él nos dice que “si mi padre o mi madre (o mi esposo) me abandonan, el Señor me recoge en sus brazos”[1]; y además añade que soy “la niña de sus ojos”[2] y “su especial tesoro”[3].

Un ejercicio poderoso que el Espíritu Santo puede usar, para liberarnos de las mentiras que hemos creído, es declarar frente al espejo la verdad de la Palabra de Dios durante 30 días seguidos. Por ejemplo, podemos decir en voz alta y mirándonos directamente a los ojos:


“Dios me ama con amor eterno”[4] ,

“Soy su sierva/o, él me escogió, no me rechazó”[5].


Si puedes ahora mismo, ve y contempla la hermosura de la creación de Dios frente al espejo: ‑Tú, sí, tú eres hermosa/o, amada/o, valorada/o y aceptada/o por Dios.


Es más, tan pronto como puedas, saca un tiempo y ve a caminar a solas con Dios, siente su presencia y su amor; pídele al Espíritu Santo de Dios que te hable y que por favor traiga a tu mente las mentiras que se han arraigado en tu corazón; luego escríbelas y reemplaza cada una de ellas con una promesa de la palabra de Dios y finalmente, pídele que te libere de todas ellas de una vez y para siempre.


Espero de todo corazón que puedas ser libre, de la misma manera que Dios me ha dado libertad, a través de declarar sus promesas sobre mi vida.


Con amor, Claudia.


[1] Salmo 27:10 Aunque mi padre y mi madre me dejaran, con todo, Jehová me recogerá.

 

[2] Zacarías 2:8 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Tras la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo.

 

[3] Malaquías 3:17 Y serán para mí especial tesoro, ha dicho Jehová de los ejércitos, en el día en que yo actúe; y los perdonaré, como el hombre que perdona a su hijo que le sirve.

 

[4] Jeremías 31:3 Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia.

 

[5] Isaías 41:9 Porque te tomé de los confines de la tierra, y de tierras lejanas te llamé, y te dije: Mi siervo eres tú; te escogí, y no te deseché.

 
 
 

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