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PORQUE TUVE HAMBRE...

El fin de semana pasado tuve el privilegio de participar del ministerio en la calle que realizan Sergio Alberquilla y Yenny Martínez, con la Asociación Amigos del Alfolí, en  Madrid, España.


Desde que llegamos se estaba formando una fila de personas que viven en la calle o en alberges y estaban deseosos de disfrutar de una deliciosa comida preparada por Sergio, quien es un chef profesional y que con la ayuda de su hija y de su esposa, cada quince días preparan un menú de lujo para compartir con sus comensales en la calle.


Pero antes de repartir la comida, Sergio, Yenny, su hermosa hija Saray y los voluntarios, saludan a todos con un abrazo lleno de amor y los motivan a entregar su vida al señorío de Jesucristo para que puedan ser transformados por su amor.


Había allí una chica llamada Salomé, después de repartir la comida me senté a su lado para conversar con ella y me contó que llevaba varios días enferma, y que además estaba con depresión y estrés. Su pareja también estaba allí y me dio a entender que él no la trataba muy bien. Mi corazón se llenó de compasión por ella y a la vez de gratitud, al ver la labor que esta hermosa familia está realizando en la calle, al llevar no solo el alimento físico sino también el espiritual, para ayudar a sanar el alma abatida y herida.


Cuando leemos el evangelio, Jesús enseña acerca del juicio a las naciones, diciendo:

Porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber…” 

y cuando preguntan “Señor, pero ¿cuándo te vimos hambriento y te dimos de comer? ¿O sediento y te dimos de beber?” La repuesta fue:

“Cuando lo hicisteis a uno de mis hermanos más humildes a mi lo hicisteis”. *


Es hermoso pensar que cada vez que damos ayuda al necesitado, es como si lo estuviéramos haciendo con Jesús mismo. Sergio y Yenny han estado realizando esta obra por más de seis años, cada semana, ellos disponen de su propio dinero y tiempo, que podrían usar en otra cosa, para servir con mucho amor, entrega, compromiso y fidelidad.


Cuando trabajaba en Vida Para Colombia, aprendí que, como cristianos, unos pueden ir directamente a realizar la obra, mientras que otros pueden orar o dar para sostener la obra.


Así que mi desafío para ustedes el día de hoy es que aquellos que puedan ir, lo hagan, en Madrid o en su propia ciudad; los que puedan orar, por favor intercedan para que Dios envíe su provisión y muchas vidas puedan ser transformadas y aquellos de ustedes que puedan aportar económicamente, lo hagan con amor y generosidad, porque Dios ama al dador alegre.


Les adjunto el enlace del Facebook donde pueden ver el trabajo que ellos realizan, y si desean hacer donaciones, pueden hacerlo, cualquier cantidad es realmente apreciada y valiosa. Dios les bendiga.
















Cita Bíblica:


*Mateo 25:31-46 El juicio de las naciones

Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos?  ¿O cuándo te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti?  Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán estos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.

 
 
 

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